Lauren Mezy

Lauren es una maestra de secundaria jubilada que ha tomado español I más veces de las que quiere admitir. Finalmente está aprendiendo este hermoso idioma con la ayuda de su hábil maestra Teresa, y el personaje de su escrito "Mundo Salvaje", le sirve como un excelente compañero conversacional a pesar de su terco silencio. Espero utilizar mi creciente conocimiento del español para aprender más sobre el mundo hispanohablante y profundizar en un interés de toda la vida, el arte del flamenco.

Mundo Salvaje

 

¡Todo es tan intenso: espacio, aire, cacofonía! Anoche llovió, pero ahora la mañana está despejada, y por segunda vez en su vida, el gatito ha dejado el patio delantero. Algo lo está reteniendo, es cierto. El miedo, en su mayoría, y también, una correa. Pero el sol se filtra a través del floreciente ciruelo en la acera y la hierba salpicada es tan fascinante que èl apenas siente estas limitaciones. Un nuevo mundo se extiende alrededor de la pequeña criatura, luminoso, suave y profundo. Centímetro a centímetro, él avanza en su cabestro a través del verdor sedoso. El barro está frío debajo de las inmaculadas almohadillas de sus pies. En medio de los graznidos y gorjeos de aves, los retumbos y zumbidos de coches pasando por la calle, el gatito se arrastra a través de las luces y sombras de la hierba húmeda, lleno de sospecha e interés.

Pasos ruidosos acompañados por un estruendo lo envían a él corriendo por las ramas bajas del rosal. Aparece una niña, seguida por su madre. Con orgullo, la niña pequeña está empujando a su hermana menor en un cochecito. Se gira para mirar el arbusto temblado, sin ver la criatura blanca y negra entre sus hojas. El gatito le devuelve la mirada desde su escondite. Cuando los grandes seres con olor fuerte han pasado, él vuelve a caer en la hierba brillante y continúa explorando.¡Qué aventura!¡Da miedo, pero es bueno! Pero, oh no! !Un nuevo peligro! Una gran forma oscura se desliza sobre la cabeza del animal joven. Es la sombra de un agudo cazador de aves y mamíferos más pequeños, un halcón adolescente que vive en la copa de uno de los fresnos gigantes que bordean la calle. El corazón del gatito late rápidamente e instintivamente busca refugio de nuevo, esta vez sumergiéndose debajo de un sillón que ha sido colocado en el césped.

Un momento después, la amenaza se ha ido. Y ahora hay algo muy interesante: un pajarito se posa en la acera. Ahora las pupilas de los ojos del gatito se contraen. Su cuerpo se tensa, su pelaje vibra. Todo su ser está enfocado en la silueta que picotea y salta,  hasta que . . . la forma desaparece de la vista y no queda nada más que la acera, la hierba y una sensación de pérdida. Afortunadamente, la decepción es interrumpida por una voz desde arriba.

Pájarito: ¡Oye!

Gatito:   . . .

Pájarito: ¡Oye! Serpiente con negro y blanco pelaje deslizándose a través de la hierba. Míra arriba. En el cable del teléfono. Quiero que mires desde del suelo.

(El gatito mira hacia el cielo azul y gradualmente ve la silueta pequeña.)

Pájarito: ¿Hablas castellano?

Gatito: Un poco . . .

Pájarito: ¿Por qué un poco?

Gatito: Porque la persona con quien vivo está aprendiendo y ella practica conmigo todos los días. Yo nunca le contesto, pero poco a poco comprendo lo que ella dice.

Pájarito: ¿Es ella quién está en la hierba por alli? ¿Envuelta en una manta en ese viejo sillón, nos mirando y escribiendo algo en un bloc de notas?

Gatito: Sí, es ella. Y me parece que su español no es superbueno, pero empieza a hablar más rápido. Estoy aquí esta mañana porque quiere que vea mundo. ¡Pero me ató al rosal con una soga! Lo cual no aprecio.

Pájarito: (El pájaro se ríe.) Supongo que estoy feliz por esto.

Gatito: (entrecerrando los ojos) Te ves bien. Quiero que vengas abajo. Deseo verte mejor.

Pájarito:  Me temo que yo no pueda aceptar la invitación, pequeñito.

Gatito: ¿Por qué? ¿Quién eres? ¿Qué eres?

Pájarito: Pienso que sabes exactamente lo que soy. Soy, o podría ser, tu desayuno.

Gatito:  ¡Ah! En lo profundo de mi corazón, yo lo sé.

Pájarito: ¿Pero sabes lo que eres?

Gatito:  Lo sè . . . casi. Soy un gatito, y un depreda . . 

Pájarito:  Bueno . . . ¿Cuál es tu nombre?

Gatito: Mi mamá me llamó %^&*, y mis hermanos **!@#. Pero esa persona en el sillón me llama Zizou, o Calabaza.

Pájarito: ¡Calabaza!¡Qué divertido!

Gatito: ¿Por qué divertido? ¿Qué signifíca Calabaza?

Pájarito: Una calabaza es una fruta grande y redonda. Tal vez ella te llame así porque tu barriga es un poco redonda.

Gatito:  ¡No quiero que insultes mi cuerpo!

Pájarito: Lo siento, gatito. Nunca debemos insultar el cuerpo de cualquier animal. La verdad es que incluso puedo ver que eres extraordinariamente bonito. Tus piernas están tan limpias que parece que llevas medias de seda blancas. Y hay crestas suaves de pelaje a través de tu pecho como costuras en un juguete nuevo. Eres prístino y luminoso.

Gatito: (El gatito mira al pájaro con confusión.) . . . Tú tienes mucho que decir.  Pero ¿por qué hablas español? ¿No hablas pájaro?

Pájarito: Hablo nuestro propio idioma por supuesto. Pero un poeta me enseñó este hermoso lenguaje humano. Un hombre humilde que sentía curiosidad por el mundo sobre su cabeza . . .

Gatito: Un poeta. ¿Qué es esto?

Pero antes del pájaro pudiera comenzar a explicar el poeta, la mujer en el sillón se para y toma el gatito en sus brazos. “ ¡Calabaza! Has tenido suficiente estimulación por un día,” dice ella.

Con que, ella toma el animal hispanohablante — el joven depredador y presa — de vuelta a la casa segura y aburrida.