Gina Shepard

Soy Gina Shepard. Debido a mi trabajo como enfermera, hablar español era indispensable para comunicarme con los pacientes. Sin embargo, creo que aquí en los Estados Unidos y específicamente en California, el idioma resulta indispensable por su importancia y por el futuro del país. ¡Es muy divertido hablar idiomas!

La Granja de mi Tío

 

Mi tío Paul que era el hermano de mi madre, fue homosexual. Aunque todos nosotros sabíamos esto, nunca hablábamos sobre el tema. Esto fue durante los años cuarenta, cincuenta y sesenta. Momento en que era muy peligroso admitir que una persona fuera homosexual. Entiendo que su padre que nació en Italia, tenía mucha vergüenza y también se burlaba de él. Aunque Paul y su compañero Mike dormían en la misma cama, mi padre siempre nos dijo que ellos eran buenos amigos y nada más.

Paul y Mike vivieron juntos por casi cincuenta años, se conocieron en el barrio de Brooklyn. Durante la Segunda Guerra Mundial, Paul se unió a los guardacostas y Mike a la infantería de marina. Ambos sobrevivieron la guerra, aunque Mike fue herido en la cabeza (pero esta, es otra historia). Ellos decidieron mudarse a Connecticut para vivir en una granja. Siempre me río cuando pienso en aquello. Dos muchachos de ciudad que solo conocían la vida de New York y que querían vivir en el campo. Al principio ellos tenían el deseo de criar guajolotes. Mi madre me dijo que pensaban que era una buena manera de ganar dinero, pero yo pienso que quizás, la granja era una manera en la que ellos podían vivir juntos, sin miedo a la violencia: ¿Quién sabe? Ahora todos están muertos, entonces no hay manera de averiguar la verdad.

Desafortunadamente la idea de los guajolotes salió mal, porque antes de venderlos hubo un incendio en el granero y ahí estaban los animales. Todos se murieron.

Paul y Mike, no se rindieron, después del hecho compraron otros animales: vacas, gallinas, puercos y un caballo. Ellos aprendieron a ordeñar a las vacas, (una de ellas se llamaba Gina, que era el nombre de mi abuela, la madre de Paul) a matar a las gallinas y también a los puercos. Recuerdo cuando mi tío mató a una gallina, probablemente yo tenía cinco o seis años y fue horrible, ya que él le cortó la cabeza. Esto pasó hace aproximadamente sesenta años y es uno de los pocos recuerdos que tengo de mi niñez.

También había un ternero que era como un animal doméstico, pero lo mataron para que todos lo comiéramos. Sin embargo, ninguno de nosotros lo pudimos hacer. Mi tío dijo que la siguiente vez en lugar de darle un nombre cariñoso, lo llamaría “Carne”.

Mi trabajo en la granja era recoger los huevos, también aprendí a ordeñar vacas. Para una niña de ciudad, pasar tiempo en ese lugar era mágico, amaba esa granja. Mi familia pasaba todo el verano ahí excepto mi padre que tenía que quedarse en la ciudad para trabajar y solamente iba los fines de semana.

El terreno alrededor de la granja era muy hermoso y no desarrollado, era un lugar lleno de magia. El río Connecticut estaba cerca y lleno de senderos que nosotros pensábamos eran caminos de los indígenas.

En aquellos días los padres no tenían miedo de los peligros para sus niños y esto nos permitía explorar todo el día. Nuestro lugar favorito era el castillo de Gillete, que fue llevado a ese lugar piedra por piedra desde Escocia por un hombre rico, y lo ubicó en los acantilados del río. Era muy extraño ver los muebles y los tapices, pero como niños que éramos, preferíamos estar en sus jardines con una vista magnífica del río Connecticut.

Durante esos días no había un puente para cruzar el río sino un ferry y también una pequeña barca que llevaba los carros. Como esta barca era pequeña, a veces era necesario esperar.

Todo esto era tan diferente a mi vida en New York, era otro mundo y no solamente la tierra sino el silencio, los animales, la libertad y las personas: homosexuales, niños pobres y especialmente la mafia con sus pistolas, pero esa es otra historia. 

La Familia de mi Madre

 

Mis abuelos vinieron de Italia a los Estados Unidos a principios del siglo XX. Mi abuelo era de Nápoles y mi abuela de Palermo. Cuando llegaron, mi abuelo era un adolescente y mi abuela una niña.

Tengo una foto de la familia (que la pueden ver) de mi abuela en donde se encuentran mi bisabuela, que parece una mujer formidable, su hermana, una mujer bastante fea, mi abuela que era una niña de más o menos diez años (y me le parezco) y su hermana que probablemente haya tenido ocho años. En la foto no aparece ningún hombre.

Cuando le pregunté a mi madre por el abuelo, ella me dijo que había muerto en Italia pero que no sabía más y que ahora todos ya estaban muertos, nadie sabrá.

Mi abuela se llamaba Providenza, pero todo el mundo la nombraba Gina como yo. Ella se murió cuando yo tenía cuatro años y ella cuarenta y siete. No la recuerdo, pero toda la familia decía que era una santa. Mi abuelo tenía epilepsia y en aquellos años no había medicamentos para controlarla y por eso no podía trabajar. Mi abuela trabajaba cosiendo ropa, probablemente en una fábrica donde se explotaba a las obreras. Además, en esos tiempos los hombres no hacían ningún trabajo en la casa, por lo que mi abuela, al terminar su trabajo tenía que cocinar, cuidar la casa y ocuparse de los niños.

Mi abuelo era un hombre culto, hablaba varios idiomas, pintaba y su pasión era la ópera, pero parece ser que era desagradable. No lo recuerdo muy bien, vivió con nosotros por un tiempo, pero mi madre y él discutían siempre y finalmente fue a Florida en donde conoció a otra mujer que lo mantuvo. Quizás solamente lo vi una o dos veces antes de su muerte. La realidad fue que no supimos cuándo se murió, ya que no teníamos contacto con él. Mi padre lo visitó algunas veces cuando estaba en Florida y creo que también le mandaba dinero.

Un día que mi padre quiso visitarlo, no lo encontró. Creo que lo que pasó fue que un día algunas muchachas cubanas al tratar de robarlo, lo golpearon en la cabeza con sus tacones y se murió. Pero alguien reclamó sus cheques de la seguridad social y por eso supimos que había muerto.

Mi madre tenía tres hermanos, el más grande, Paul era homosexual y un poco afeminado. Mi abuelo lo criticaba y se burlaba de él e hizo de su vida un infierno. Por su parte, mi abuela y él discutían todo el tiempo y cuando mi abuela tuvo un derrame cerebral, toda la familia le echó la culpa a Paul.

Mis abuelos tuvieron un matrimonio concertado, mi abuelo y su hermano se casaron con mi abuela y su hermana, entonces los hijos de ambos, eran primos dobles.

Cuando la familia de mi abuela se enteró sobre la epilepsia de mi abuelo, se enojaron mucho, ya que pensaban que había sido engañada y el matrimonio no era feliz. Además de mi tío Paul que era el mayor, había otros dos varones y mi madre. Debido a que ellos eran muy pobres, se mudaban frecuentemente cuando no podían pagar la renta. Mi tío Larry, el segundo de los hijos, después de la guerra se mudó a California, ya que como mi prima me dijo, quería escapar de la familia. De hecho, no lo conocí hasta que tuve más o menos cuarenta años e incluso solamente lo vi dos o tres veces.

El más pequeño, Steve, fue al tío a quien vimos más, él también vivió con nosotros por un rato, cuando regresó de la guerra de Corea. También tuvo una hija. Ella se llama Gina. Sin embargo, esta es otra historia que después contaré.

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De derecha a izquierda

se encuentran mi abuela,

 junto a ella mi tía bisabuela,

mi bisabuela y mi tía abuela.