Alan Spinks
Nací hace edades en Inglaterra pero he vivido la mayoría de mi vida en Francia y la parte francesa de Suiza, por eso, sin duda, varios dicen que mi español huele a francés.
Me llamo Alan y estudio español de manera más bien diletante desde hace mas de doce años. Mi interés en el idioma y la cultura fue encendido al principio por una compañera caribeña hispano hablante, cortas estancias en Guatemala y España y a continuación, por las posibilidades en California. Con mi esposa Kathie, disfrutamos del proceso de aprender y compartimos lectura, música, viajes y cultura hispana en general.
Es evidente que no soy buen estudiante, visto mi nivel mucho más bajo de lo que habría esperado después de tantos años. Para mejorar, necesito vacaciones muy largas en inmersión absoluta en ambiente hispano hablante, de preferencia en la playa, bajo un sol agradable, rodeado de gente dispuesto a sostenerme en mi camino lingüístico.
El Autobús Escolar
Segunda viñeta de Guatemala:
En la fase final de su vida, antes de morirse, los autobuses escolares (Bluebird) de los EEUU van a Guatemala para terminar como trasporte público.
Como guía con Quetzaltrekkers (QT), viajaba mucho en esos autobuses y la experiencia suele resultar en historia folclórica. Los cursos eran siempre (al menos) interesantes. Las carreteras como las calles, eran polvosas, sobrepobladas, llenas de baches, desnudas de señales y a toda evidencia totalmente libre de reglas. Sin embargo, los conductores manejaban como si condujeran un carro deportivo en una pista vacía de trafico y sin ningún pasajero. La sola persona mas inconsciente que el conductor, es su ayudante cuyo papel es llenar el autobús con el máximo de pasajeros, instalar el equipaje en el techo del bus y lanzar las mochilas, maletas y cajas de pollos a sus propietarios cuando se para el bus. Durante su ruta, el ayudante pasa mucho de su tiempo en el techo del vehículo. La esperanza de vida de esas personas no es muy elevada.
A propósito de autobuses guatemaltecos, cada persona tiene su anécdota preferida, esta es la mía:
Después de un recorrido en la montaña, con varios compañeros guías con QT, regresamos en autobús a Xela. Desde el principio del curso, estábamos sorprendidos de ver que el autobús era conducido por una mujer, quizás (no sé), un asunto común, pero para nosotros la única vez que lo habíamos visto.
Desafortunadamente, a pesar de nuestra esperanza, la mujer conducía de la misma manera que los hombres………….. o así pensamos durante un rato. Nuestra sorpresa de origen sufría de un gran aumento cuando, a una velocidad normal para allá (mas bien elevada para aquí) la mujer dio el volante del bus a un chico de unos diez o máximo doce años. A continuación, siguió una lección de conducir incluyendo paradas para recoger y descargar pasajeros y muchos gritos al ayudante, todo con una carga de unos veinte a treinta pasajeros. No pensábamos que se trataba de su primera lección por que estábamos de acuerdo que el muchacho manejaba demasiado bien. Solo una vuelta resultó ser demasiado apretada por el alcance de sus abrazos cortos y debió hacer un giro de tres puntos. Una vez que entramos en la gran ciudad, los conductores se mostraron suficientemente responsables para cambiar de puestos…………………… pero no a expensas de parar el autobús para hacerlo.
Al final tenía una gran tentación de aplaudir, pero como ninguna de los pasajeros locales reaccionó de ninguna manera, desistí para no avergonzar al niño.
Una Historia de Murales
Hace unas lecciones hablábamos brevemente de pinturas murales. Lo que sigue es una historia de “murales”…………
La casa era grande, mucho más allá de lo necesario, con bastante terreno, demasiados árboles y una piscina. En suma, el sueño.
Pero, la casa solamente fue asequible gracias a su estado más bien arruinado. Tenía que rehacer casi todo, una nueva cocina, dos nuevos baños, renovación completa de la piscina y del jardín, tratamiento de la madera por completo y redecoración de todas las paredes incluso las del exterior.
Uno de los últimos trabajos de renovación era rehacer el revestimiento de las paredes exteriores. El equipo de pintores había sido convocado para empezar un lunes de verano y por una muy buena idea bajo la presión de los niños, se decidió tener una fiesta de grafiti con los amigos de la clase el fin de semana justo antes que empezaran los pintores.
Podíamos imaginar que se trataba de dos o tres jóvenes con una o dos latas de aerosol de pintura cada uno, pero no, eran seis o siete con grandes bolsas de basura llenas de latas. En muy poco tiempo (mucho menos del que los pintores profesionales tomarían) las paredes estaban cubiertas de grafiti en todos los colores imaginables. La casa tenía un aspecto tan horrible que incluso los niños estaban impresionados por su estado.
Los adultos, ellos, se preguntaban si la idea fue buena y sobre todo, qué pasaría si los pintadores no vinieran por la mañana…………
----------:----------
Los niños preguntaron a los padres si pudieran invitar a los amigos a una fiesta de grafiti antes que empiecen de trabajar los pintadores.
Al principio, los padres dijeron que se trataba de una idea muy divertida pero a medida que la casa se cubría de grafiti, ellos se preguntaron si sí o no tenían razón.
Al final, toda la familia se preguntó lo que pasaría si no vinieran los pintores para cubrir todas las miserias pintadas en las paredes.
El Abuelo y El Perro
Como dije la última vez, mi contacto con mi abuelo paterno no era de lo mejor. En cambio, mi hermana (Yvonne) tenía muy buena relación con él, tanto que cuando nuestros padres se separaron, mi hermana decidió vivir con él.
Eso fue un arreglo beneficioso para todos. Yvonne necesitaba un domicilio conveniente para la escuela y nuestro abuelo necesitaba ayuda en ciertos aspectos de la vida al ser muy miope, al punto de no poder distinguir nada más allá de sesenta centímetros de distancia.
El abuelo vivía de manera muy sencilla. Aparte de las excursiones del domingo en coche con su hija, sus salidas de casa se consistían en caminar cien metros hasta la tienda de la esquina donde se encontraba todo lo necesario y una caminata de dos cientos cincuenta metros hasta la ‘tienda de apostar’ (como decimos en Inglaterra) para hacer pequeñitas apuestas en carreras de caballos. No nos preocupábamos por él en sus caminatas porque conocía bien la aldea y sobre todo, su valientísimo perro ‘Gyp’ le vigilaba en todas sus salidas. Gyp no era un ‘perro de servicio’ oficial, pero por su inteligencia y su sentido común, hubiera merecido el título.
Un día, el perro se enfermó de no me acuerdo qué problema, evidentemente mi abuelo estaba muy angustiado y mi hermana pidió al veterinario que visitara al paciente en casa.
El veterinario fue a la casa, examinó a Gyp, ordenó un medicamento adecuado al problema y se dispuso a partir. Saliendo de la casa el veterinario preguntó, sin darle importancia, a Yvonne, desde hacía cuánto tiempo el perro estaba ciego.
Mi hermana no reaccionó de inmediato, pero un poquito más tarde, se dio cuenta de que, en las salidas entre hombre y perro, fue literalmente un caso del ciego liderando al ciego.
Lectura
Cada mañana por el desayuno Kathie y yo, de costumbre, nos leemos el uno al otro en voz alta en español.
Al principio, hace varios años leíamos pequeños libros para niños, a veces libros traducidos del inglés o del francés, por ejemplo: Pedro el Conejo Travieso por Beatrix Potter, Super Zorro por Roald Dahl y El Principito por Antoine de Staint-Exupéry. Quisiera decir que los libros para niños no son siempre fáciles de leer.
A medida que nuestro nivel avanzaba, nos graduábamos hacia libros para adolescentes como Entre Sombras por Roberto Aliaga, una serie de cinco libros cuyos lanzamientos sucesivos provocaban verdadero frenesí en las librerías de España.
Seguimos por libros un poco más para adultos y (a veces pero no siempre) más serios. Por ejemplo:
Como Agua Para Chocolate y Malinche por Laura Esquivel.
Varios libros de Isabel Allende incluso, La Suma de los Días, Zorro y Los Cuentos de Eva Luna.
De Gabriel García Márquez, Cien Años de Soledad, Crónica de una Muerte Anunciada y El General en su Laberinto. De Mario Vargas Llosa, La Tía Julia y el Escribidor.
Y varios libros traducidos de sus idiomas originales, siendo el más notable, Tres Hombres en una Barca, originalmente en inglés por Jerome K. Jerome. Notable porque ya en inglés la historia es cómica pero la traducción en Castellano hecha por Juan Carlos Silvi es hilarante.
Durante un cierto periodo, nos suscribimos a la revista National Geografic en español (y al escribirlo me digo a mí mismo que debíamos renovar nuestra suscripción).
Dicen que poseer una segunda lengua es poseer una segunda alma (es de Carlomagno originalmente creo), hasta aquí no siento la presencia de un alma suplementaria, pero al menos el idioma (siquiera a mi nivel) es una puerta abierta a la cultura del mundo (o mejor dicho, mundos) hispano hablante. Los dos, Kathie y yo disfrutamos enormemente el hallar aspectos nuevos de esas culturas a todos los niveles, literatura, música moderna y clásica, baile, historia, viajes, etc. gracias sobre todo al idioma (o más bien a los idiomas).